jueves, 9 de enero de 2014

El ajedrez en el cine, Juan Manuel Fischer

Estamos en Navidad. Para la gran mayoría tiempo de comidas y cenas familiares, de pasar tiempo con los suyos y también, dentro de esta faceta, de ir al cine en familia y/o pareja.
Las carteleras en Navidad se llenan de estrenos y, como cada año, esta Navidad he ido con mi familia al cine a ver uno de ellos. No es mi intención hacer publicidad de una película (tampoco creo que este film en cuestión la necesite) pero estas Navidades la película que he ido a ver ha sido La Desolación de Smaug, de la mítica saga de El Señor de los anillos.
En esta película  hay una escena que, fuera de la trama, me llamó mucho la atención. Fue una escena prácticamente fugaz, de dos o tre segundos, en donde aparecía un tablero de ajedrez, estilo medieval, con sus piezas blancas y negras perfectamente alineadas, listas para iniciar una nueva batalla. Estoy convencido de que esta escena, que a mi tanto  me llamó la atención, pasó desapercibida para la inmensa mayoría de los espectadores que veían la película conmigo, más aún teniendo en cuenta que la duración de la película es superior a las dos horas y media, y que hay incontables escenas fugaces como esa. Pero también estoy convencido de que dicha escena no pasará por alto ante los ojos de una persona que le guste el ajedrez como a mi.
El caso de La Desolación de Smaug es un simple ejemplo de como el ajedrez, en un mayor o menor papel y de forma menos o más explícita se cuela en muchísimos largometrajes. Seguramente, con el paso de los años, probablemente no recuerde esta escena que os comento, pero sin duda hay escenas del séptimo arte que no se olvidan jamás.
Uno de los ejemplos más cercanos que recuerdo del ajedrez en las películas (o películas de ajedrez) es El Hijo de Caín. En esta película, que se estrenó a mediados de ese año, el ajedrez a mi modo de ver tiene un papel fundamental en el eje de la trama. El propio director, Jesús Monllaó, considera que "el ajedrez es otro de los regalos que está en la novela (...) representa la complejidad mental de los personajes. De hecho, la película es una gran partida de ajedrez donde las piezas son seres humanos" [fuente: rtve.es/noticias/20130528/jesus-monllao-plana-hijo-cain/673982.shtml]
Otro de los caso más significativos que recuerdo es el de Harry Potter y la piedra filosofal. En esta película se juega una partida de ajedrez mágico, donde las piezas son los protagonistas. Encuentro realmente interesante el ejemplo de este film  por el tipo de público al que va dirigido, por el papel que se le da al ajedrez, de protagonista en el desenlace de la película y por el tratamiento con el que se le enfoca, de un deporte donde se necesita una cierta base para jugarlo bien y donde cada decisión importa.
Finalmente, un ejemplo que, seguramente, los que peinen canas recuerden, con ese valor añadido que le da pervivir al paso de los años, es la película El caso de Thomas Crown, que narra la partida de ajedrez subyacente que juegan el ladrón de bancos
Thomas Crown (Steve McQueen) y la audaz investigadora Vicky Anderson (Faye Dunaway), sin duda una alegoría perfecta de una partida de ajedrez.
Concluyendo, es interesante ver como el ajedrez aparece en el cine, a veces de forma muy explícita, como un mate en uno y otras de manera subyacente, fugaz, como una amenaza imperceptible, pero real.

No hay comentarios:

Publicar un comentario